Recostada en una suave y soleada ladera, mirando las tierras onduladas del Somontano, se encuentra esta pequeña población. Sus viviendas se disponen de forma escalonada en torno a la única calle, luciendo fachadas encaladas y de colores terrosas.
Hacia 1885 se construyó su iglesia dedicada a Santa Columba, siguiendo los cánones estéticos del estilo neogótico. A través de una puerta de ingreso, situada a los pies, se accede a la única nave con capillas laterales.
La miel de Asque, continúa siendo un recurso y una riqueza para la población.
En Asque también es posible encontrar el único museo de arte del Guadamacil contemporáneo, una inédita y espectacular técnica pictórica de la cultura hispano-árabe, desaparecida en el s. XVII y recuperada en 1989. Combina la pintura y el relieve sobre piel.
Tradicionalmente, Asque se comunicaba con Colungo gracias al Puente del Diablo. Merece la pena acercarse a visitarlo por su espectacular emplazamiento en el barranco del Fornocal. La dificultad de su construcción y el riesgo que ésta supuso, hacen que la tradición popular se la atribuya al mismo diablo.